El Lunes pasado entré a mi cuarto año de U., y aunque sigo con algunos ramos de tercero, darme cuenta de que han avanzado tan rápido los años, ha sido un buen impulso para no decaer cuando las cosas no van bien.
El semestre pasado fue asqueroso en todo sentido. Sentía un cansancio crónico, no iba a clases, no tenía ganas de nada. Mis amigos de la u. no estaban conmigo o no teníamos horarios similares, entonces sinceramente no me daban ganas ni de levantarme y fue así como me fue pésimo académicamente. Aunque, con toda honestidad puedo decir que no me siento mal por habérmelas tirado. Siento que era necesario para hacerme volver al camino por el cuál iba desde un comienzo.
La cosa es que no puedo creer que ya haya llegado a este momento de mi carrera. Recuerdo la vez que me fui a matricular a mi primera carrera (Técnico en Enfermería). En ese momento me sentía tan esperanzada, sabía que esa era la única herramienta que tenía para salir adelante y tenía que aprovecharla al máximo.
Aquella vez que me fui a matricular a mi primera carrera, fue muy penca. No habían cupos en ninguna parte, y yo tenía tan arraigada esa idea de que nunca podría salir adelante, que me eché a morir altiro. Me recuerdo llorando en la calle República con mis papeles para matricularme en la mano. Lloraba porque me sentía desesperanzada de la vida. En aquella época era todo malo, entonces probablemente me hubiese ido llorando al metro si no hubiese sido por una buena persona, que me ayudo, me apoyó y no me permitió que decaer. Fue así como caminé un par de cuadras y entré a un instituto dónde afortunadamente sí quedaban cupos y la matrícula, hasta me salía gratis.
Durante mi época en el Instituto sólo recuerdo sentimientos de frustración. Porque, si bien ya estaba inscrita en la carrera que sabía me ayudaría a seguir avanzando, no era lo que yo quería para toda mi vida. Entonces iba a clases con la consigna "un día más, es un día menos". Incluso estaba tan ni ahí con mis compañeras, que hice sólo una amiga partner.
Con todo ésto no quiero decir que no me siento orgullosa de mi título. Es sólo que yo quería otras cosas en mi vida, tenía (tengo) otros sueños y metas hacia otras direcciones.
Cuando me entregaron mi certificado de título, y ya estaba incrita en el seremi de salud, comencé a trabajar en un hospital pediátrico. En el hospital aprendí a trabajar de verdad. Con esto me refiero a que aprendí a relacionarme con personas, a no "echarme" las cosas negativas que podían decirme o a comprender que en el trabajo te tienes que saber comportar sencillamente.
Si me pongo a pensar, y aunque me carga asumirlo, soy una persona súper inmadura (supongo que es a causa de mis traumas infantiles). Entonces cuando llegué a trabajar en una pega más estable y con un título en la mano, me obligué a comportarme. Y si algo le agradezco a ese trabajo en el hospital es que crecí laboralmente y como mujer, por supuesto.
Cuando llevaba un año y algo trabajando en el hospital, entré a la Universidad. Así estuve durante tres años, trabajando en sistema de cuarto turno y estudiando diurno Ingeniería Civil. Fue tétrico loco. No dormía, sentía que me quería morir absolutamente TODOS los días. Lo único que hacía que me esforzara eran las esperanzas que tenía de salir de esa situación "actual".
Claramente, no todo es eterno, y el año pasado renuncié al hospital. También durante el año pasado me convertí en Manicurista. La vida es curiosa, porque te pone en las distintas etapas de tú vida y te va dando herramientas para poder desenvolverte según lo vayas necesitando.
A fines del año pasado también comencé a trabajar de TENS partime, durante los fines de semana. Me encanta la pega, porque principalmente es tranquila y no llego muerta a la casa, por lo que puedo compatibilizar trabajo-estudio de buena manera.
Mis momentos de manicurista son de ocasión. A veces atiendo en mi casa, otras voy a domicilio. A veces no tengo ni un peso y derrepente llegan esas lucas que tanto necesitaba. Por eso es que digo que la vida es curiosa. Porque en la actualidad combino mi profesión de TENS, mi ocupación de Manicurista y mis estudios de Ingeniería.
Ha sido difícil, porque mi contexto de vida es de NADA de ayuda y MUCHOS problemas. Pero sí tú estás leyendo esto, ojalá que te sea de impulso para tomar decisiones con determinación. Es aquí y es ahora. No es mañana ni el próximo año.
Aún me falta mucho camino por delante. Entre mis nuevas metas están crecer con mi negocio de uñas, seguir estudiando chino mandarín, pasar todos mis ramos (PARFAVAR) y crecer laboralmente como TENS. Reafirmo la idea de que las cosas llegan cuando deben llegar.
Mención especial para todos quienes han parchado mi bote cuando se ha llenado de agua, especialmente a mi tía, la Monsi.
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